Al iniciar la pandemia se presentaron varios retos para el sector de la educación como el aprendizaje remoto, para lo cual ningún colegio estaba preparado; sin embargo, con este desafío llegaron grandes avances en los que se demostró la importancia que tiene el bienestar en la formación.
El primer reto que enfrentaron los educadores fue acabar de asimilar la trascendencia y el papel primordial que juega el bienestar en el ámbito de la educación. “En este tema se han hecho grandes avances investigativos que reafirman, una y otra vez, que debemos tenerla en la raíz de la educación, sin embargo, la inercia de esta, tira a dejarlo en un papel secundario” cuenta Gabriela González-Pacheco, directora de programas de WholeSchools.
“La naturaleza de las personas no cambia sin importar las circunstancias. Las necesidades de conexión, estabilidad emocional y de desarrollo de habilidades que preparan para la vida, han sido las mismas a lo largo de la historia del hombre”, afirma Gabriela. “La situación actual de aprendizaje remoto, presencial o un modelo híbrido, no cambia la necesidad base de los alumnos, solamente retan nuestra creatividad y hemos visto que las personas, una vez que entienden la importancia y trascendencia de algo, pueden encontrar maneras de solucionar este reto”, termina.
WholeSchools, grupo de consultoría educativa con sede en la Ciudad de México, creado por una creciente red de educadores globales que se especializan en acreditaciones tanto internacionales como locales, marcos pedagógicos y prácticas de enseñanza que están a la vanguardia de enfoques educativos como el Sistema Finlandés, Reggio Emilia, el Bachillerato Internacional y Harvard Project Zero, realizaron un evento el pasado 1 de agosto en el que hablaron sobre el reto del bienestar frente al nuevo paradigma en la educación: aprendizaje remoto, presencial o modelo híbrido.
En este, estudiaron la experiencia de dos escuelas en México que utilizaron un programa que les permitía evaluar el bienestar de los alumnos durante la pandemia y así poder diseñar intervenciones puntuales que impactaran de manera positiva a los estudiantes, permitiéndoles tener una experiencia de conexión y visibilidad que estimule una mayor estabilidad emocional, y a la vez, desarrollar sus habilidades socioemocionales permitiéndoles crear su resiliencia ante la situación.
“No debemos olvidar que esa necesidad de conexión no es solamente para los alumnos, sino para todos, y en especial para los educadores que ejercen un papel tan desgastante de acompañamiento emocional, por lo que necesitan de espacios de colaboración y contención”, afirma Gabriela. “En estos, las mejores prácticas pueden ser puestas en común y facilitar el aprendizaje colectivo, aliviando los sentimientos de aislamiento y frustración que todo educador llega a sentir al llevar esta carga”, termina.
Después de realizar el evento, expertos y panelistas afirmaron que el futuro del bienestar en la educación puede ser muy bueno, siempre y cuando escuchemos lo que esta crisis nos ha puesto en evidencia: la urgencia de trabajar en ella. “Las estadísticas que se han encontrado en cuanto a los niveles de ansiedad, depresión y crisis de salud mental son cada vez más evidentes, y esto es algo que no puede quedar a un lado. Si aprovechamos este momento histórico para impulsar reformas en la educación que sabíamos que eran importantes, pero que no promovíamos plenamente porque la sociedad pareciera no permitirlo, o no estar consciente de su necesidad, entonces el futuro del bienestar es esperanzador”, cuenta Gabriela.
Conclusiones del evento
Las conclusiones a las que llegaron después de realizar estudios, trabajos en grupos y escuchar a los expertos, fueron las siguientes:
Redacción por Great Place to Study Colombia